Por: Ana Carolina Valero Cortez
El
Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLCAN), es un acuerdo entre los
gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México para crear una zona de libre
comercio, su principal objetivo es eliminar los obstáculos que empañan el
comercio facilitando la circulación de bienes y servicios, promover condiciones
de competencia leal entre las zonas de libre comercio, y al mismo tiempo
aumentar las oportunidades de inversión.
Este
acuerdo comercial se firmó por parte de México el 17 de diciembre de 1992, pero
entro en vigencia a partir del primero de enero de 1994. desde su inicio ha
demostrado ser uno de los motores más
poderosos de la actividad económica, sin embargo, el medio ambiente y el manejo
de los recursos naturales ha sido un tema preponderante que se ha visto ligada
a este acuerdo, en parte, relacionándolo con el constante deterioro ecológico
que este genera.
La calidad
del aire y el agua, los recurrentes desechos de residuos, el equivocado manejo
de recursos naturales y ambiental forman a ser problemáticas que ya son recurrentes en México. Se dice que
debido a la diferencias de costos de control de contaminantes, las empresas
“sucias” de Canadá y Estados Unidos se establecen en México y con esto
aumentando enormemente los niéveles de contaminación.
La
diferencias en costos que regulan el control ambiental es considerado como una ventaja desleal entre
los países tratados, México claramente siempre será más vulnerable a las
consecuencias ambientales y sociales que estas diferencias generan, una buena
manera de sobrellevarlo sería estableciendo impuestos que compensen de alguna
manera las desiguales normas ambientales.
Las industrias
consideradas de gran contaminación ambiental siempre buscaran migrar a lugares
donde el costo ambiental es menos estricto.
Unos
meses antes de la entrada en vigor de TLCAN, los gobiernos de México, Canadá y
Estados Unidos firmaron el Acuerdo de Cooperación Ambiental de America del
Norte (ACAAN). En parte a la presión ejercida por el movimiento ambiental de
los tres países, el ACAAN creo tres instituciones ambientales: la Comisión de
Cooperación Ecológica Fronteriza (COCEF) y el Banco de Desarrollo de América
del Norte (BANDAN); ambas encargadas de lo relacionado con la infraestructura
ambiental de la frontera, y la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA),
con sede en Montreal; en sus dos primeros años de funcionamiento financió 38
proyectos ambientales. La función principal de la CCA es supervisar y evaluar
el medio ambiente de los tres países.
Aun con
estas organizaciones encargadas de vigilar que las condiciones ambientales
entre estos tres países sean las más idóneas y equitativas ese objetivo suele
ser casi imposible de cumplir, la razón principal es la total desigualdad de
entre países, su estado social, económico y política influyen de manera
importante.
Con
estas instituciones al gasto gubernamental destinado a las acciones ambientales
en la frontera creció considerablemente, sin embargo la diferencia entre el
dinero destinado por el gobierno estadounidense y el mexicano era abismal, para
1993 Estados Unidos gastaba 240 millones de dólares; México 147.
Otra
consecuencia originada por e TLCAN fue a implementación de cambios en la legislación
ambiental mexicana, sobre todo en lo que respecta a la sustentabilidad de
recursos como el objetivo central, no es difícil de deducir que esta medida fue
tomada con la intención de que empresas
extranjeras consideradas ecológicamente nocivas en su país de origen pudieran
establecerse de manera fácil y libre en México.
La mala
regulación ambiental que se tiene en
México se ha debido a la falta de compromiso con la protección del medio
ambiente por parte del gobierno de este país, un ejemplo claro son las reglas
de inversión del TLCAN que hicieron que fuera difícil mantener un sitio de
desechos peligrosos. El acuerdo lateral sobre el medio ambiente del TLCAN e
instituciones relacionadas carecen de la autoridad para abordar estos y otros
problemas.
El TLCAN
debe implementar un espacio en donde Estados Unidos, Canadá y México puedan
promover incentivos para que este acuerdo sea lo más equitativamente posible,
sin generar oportunismos de unos con otros, una de las medidas posibles podrían
ser:
- El que contamina paga, las empresas responsables de la contaminación debe pagar los costos de producción externos del medio ambiente.
- Debe haber un principio básico de precaución que las políticas de estos tratados deben tomar en cuenta para evitar resultados que pudieran tener daños irreversibles.
- Debe haber acceso y participación de beneficios de las ganancias derivadas del uso de recursos biológicos y/o genéricos con los proveedores, además de permitirles éstos el acceso a los recursos en cuestión.
- Prevalecer el libre acceso al público acerca de la información del medio ambiente con su población.
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