sábado, 18 de abril de 2015

Brockovich (O La Inesperada Virtud De Hacerlo Personal)

Por: César I. Graciano.


“No te metas, sólo escribe”, aconsejaba Carlos Monsiváis (según Poniatowska). Es de pensarse, ¿de verdad debemos sólo ver y reportear?, ¿el trabajo periodístico acaba una vez apagada la cámara? Es de Pensarse.
            Veamos un ejemplo interesante, el que nos presenta la película “Erin Brockovich”, de Steven Soderbergh. La película se basa en la vida de Erin Brockovich-Ellis, quien en 1992 estaba desempleada, divorciada y tenía tres hijos pequeños que mantener. Logra que una pequeña firma de abogados la contrate como asistente. Un expediente le llama la atención por las  coincidencias que hay en los informes de indemnización inmobiliaria con solicitudes de atención médica de las mismas personas. Esto termina en una demanda colectiva contra la empresa Pacific Gas and Electric Company (PG & E).
Brockovich descubre una anomalía, la investiga, se empapa del tema (es importante recordar que la mujer no tenía estudios; ni jurídicos ni periodísticos) y se interesa por las personas detrás del caso. Erin logra tener una investigación muy buena, no sabía cómo investigar, pero fue intuitiva, una pista la llevó a otra, una a otra, cada pista le daba un nuevo indicio. Tenía eso que algunos llaman “olfato periodístico”, tenía “garra” a pesar de ser una novata. Su carácter, rudo, el de una persona que no se guarda nada, le ayudó a lograrlo.
Brockovich se esfuerza mucho, muchísimo, porque lo que le importa no es conservar su trabajo, ni verse bien frente a su jefe ni tampoco fue el dinero, sino las personas: ella estaba ahí por las personas. Brockovich vuelve algo meramente jurídico en algo que le afecta a ella como persona. Un diálogo de la película lo deja muy claro:
“-Hiciste esto personal y no lo es –le dice su jefe.
-¿No es personal? Ese (la investigación) es mi trabajo, mi sudor, mi tiempo lejos de mis hijos. Si eso no es personal, no sé qué lo es –contesta Erin.”
Entonces, ese trabajo tan bien hecho, bien fundamentado y que le cambia la vida a las personas, tiene que ver mucho con lo involucrada que se sintió Erin en cierto momento. Por tanto, ¿toda buena investigación debe ser una que sea personal y comprometida? No estoy seguro, pero probablemente. 
Muchas veces en el periodismo lo que se escribe es por encargo. Rara vez tiene el reportero tiene libertad de decidir sobre lo que escribirá o hablara. Creo que a los que investigan, a los que hacen reportajes, esta libertad debería de estar concedida de “facto”.  Dejar que el periodista busque un tema que llame su atención, para que al hacer su trabajo no sólo lo haga por ser lo que le dé de comer (que sería una visión muy triste de un empleo como el periodismo) sino que sea algo que se “vuelva personal”, que le quite tiempo, pero que se lo quite con gusto.
A una buena parte del periodismo que se hace en Ciudad Juárez (y quizá a nivel nacional) le falta pasión. Pareciera que faltan quienes se quieran comprometer con la gente, que de verdad les preocupen los personajes de sus reportajes. Faltan Erin Brockovichs haciendo periodismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario