martes, 19 de mayo de 2015

¿Qué es el Acta 319? O ¿Cómo comparten el agua fronteriza México y Estados Unidos?

Por: Felipe Medina González
El agua no reconoce fronteras políticas, bien lo sabe el Río Bravo cuyo natural movimiento fue el motivo de una discusión sobre territorio entre México y Estados Unidos que inició en 1895 y terminó en 1963.
            Ambos países han resuelto con particular éxito los problemas derivados de compartir cuencas de agua dulce, con la creación de una comisión especializada en agua.
            La Comisión Internacional de Límites y Aguas o CILA (en inglés International Boundary and Water Commission) es un organismo internacional creado en 1889 por Estados Unidos y México con el fin de aplicar los tratados internacionales sobre límites y aguas entre estas dos naciones.

            La CILA elabora Actas con base en investigaciones científicas y las envía a ambos gobiernos para que, con su aprobación, se convierta en una obligación legal el cumplimiento de las recomendaciones establecidas en el acta.
            El Acta 319 es la última elaborada por la CILA y firmada por ambos gobiernos, por lo tanto, es la actualización y confirmación de los acuerdos obtenidos en una larga trayectoria de cooperación entre los dos países.
            Durante el último foro Mundial Del Agua, celebrado en Corea, los comisionados de la CILA fueron criticados por no divulgar los éxitos obtenidos en cuanto a cooperación internacional se refiere.
            “Una mujer nos dijo que ella había tenido que traducir el Acta 319 al ruso porque nosotros éramos muy malos para difundir información valiosa para otras fronteras del mundo” dijo el secretario de la CILA en México, durante el Congreso de Agua y Sequía celebrado en Ciudad Juárez.
Luevano al  centro. Foto: La Verdad de Tamaulipas.
            En el Foro Mundial Del Agua los comisionados de la CILA eran interpelados con incredulidad: “los representantes de Sudán no se explicaban cómo habíamos hecho que Estados Unidos negociara con nosotros si ellos no habían podido hacer que Egipto  se sentara a la mesa”, refirió Jesús Luevano.
            “Unos chinos que consultaron las labores de la comisión porque querían implementarlas en sus fronteras, no creían que creyéramos la información que nos daba la parte estadounidense de la comisión y que ellos a su vez confiaran en la que nosotros les proporcionamos”, continuó.
             El secretario también contó la anécdota de que varios funcionarios de Asia central habían consultado a la CILA sus modelos de generación de energía eléctrica y de compartimiento para implementarlos entre varios países, “¡y es algo que aquí se hace desde hace 20 años!”,  exclamó.
            Según Luevano son tres los puntos clave para que los países puedan cooperar entre sí con éxito:
1.      Construir confianza entre los países.
2.      Enfocar los problemas de manera técnica. Las cuestiones políticas o diplomáticas se subordinarán a las evidencias científicas.
3.      Las comisiones deben estar en la frontera, no en las capitales. Las comisiones de aguas fronterizas suelen ser ubicadas en las capitales de los países, lejos de las fronteras. estar en las fronteras es vital para conocer de primera mano las situaciones que se presenten.
            La CILA enfrenta un nuevo reto: la creación de esquemas efectivos de comunicación para divulgar los éxitos que pudieran servir a otros países en situaciones similares. O si no se arriesgan a una nueva regañada en el Foro Mundial del Agua que se celebrará en Brasil el 2018.

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