Por: Felipe Medina González
El agua no
reconoce fronteras políticas, bien lo sabe el Río Bravo cuyo natural movimiento
fue el motivo de una discusión sobre territorio entre México y Estados Unidos
que inició en 1895 y terminó en 1963.
Ambos
países han resuelto con particular éxito los problemas derivados de compartir
cuencas de agua dulce, con la creación de una comisión especializada en agua.
La Comisión Internacional de Límites y Aguas o CILA (en
inglés International Boundary and Water Commission) es un organismo
internacional creado en 1889 por Estados Unidos y México con el fin de aplicar
los tratados internacionales sobre límites y aguas entre estas dos naciones.
La CILA elabora Actas con base en investigaciones científicas y las envía a ambos gobiernos para que, con su aprobación, se convierta en una obligación legal el cumplimiento de las recomendaciones establecidas en el acta.
El
Acta 319 es la última elaborada por la CILA y firmada por ambos gobiernos, por
lo tanto, es la actualización y confirmación de los acuerdos obtenidos en una
larga trayectoria de cooperación entre los dos países.
Durante
el último foro Mundial Del Agua, celebrado en Corea, los comisionados de la
CILA fueron criticados por no divulgar los éxitos obtenidos en cuanto a
cooperación internacional se refiere.
“Una
mujer nos dijo que ella había tenido que traducir el Acta 319 al ruso porque
nosotros éramos muy malos para difundir información valiosa para otras
fronteras del mundo” dijo el secretario de la CILA en México, durante el
Congreso de Agua y Sequía celebrado en Ciudad Juárez.
Luevano al
centro. Foto: La Verdad de Tamaulipas.
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“Unos
chinos que consultaron las labores de la comisión porque querían implementarlas
en sus fronteras, no creían que creyéramos la información que nos daba la parte
estadounidense de la comisión y que ellos a su vez confiaran en la que nosotros
les proporcionamos”, continuó.
El secretario también contó la anécdota de que
varios funcionarios de Asia central habían consultado a la CILA sus modelos de
generación de energía eléctrica y de compartimiento para implementarlos entre
varios países, “¡y es algo que aquí se hace desde hace 20 años!”, exclamó.
Según
Luevano son tres los puntos clave para que los países puedan cooperar entre sí
con éxito:
1.
Construir confianza entre los
países.
2.
Enfocar los problemas de manera
técnica. Las cuestiones políticas o diplomáticas se subordinarán a las
evidencias científicas.
3.
Las comisiones deben estar en
la frontera, no en las capitales. Las comisiones de aguas fronterizas suelen
ser ubicadas en las capitales de los países, lejos de las fronteras. estar en
las fronteras es vital para conocer de primera mano las situaciones que se
presenten.
La CILA enfrenta un nuevo reto: la
creación de esquemas efectivos de comunicación para divulgar los éxitos que
pudieran servir a otros países en situaciones similares. O si no se arriesgan a
una nueva regañada en el Foro Mundial del Agua que se celebrará en Brasil el
2018.
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