Por Gemma Reyes.
El Tratado Internacional de Aguas de México y Estados Unidos fue otro de los temas que se vieron en el Congreso Internacional de Agua y Sequía, realizado pasado 23 y 24 de abril en las instalaciones del Colegio de Chihuahua.
El Tratado de Aguas se realizó con la intención de que México y Estados Unidos pudieran llegar a un acuerdo sobre el manejo de los ríos con los cuales estos dos países tienen la frontera.
Para poder asegurarse de que este tratado se cumpliera al pie de la letra, México y Estados Unidos deciden crear la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), organismo binacional que se encarga de establecer las bases de cooperación para la construcción de obras hidráulicas, operación de presas, saneamiento y distribución del agua de los ríos Bravo y Colorado.
Decir que este tratado es una forma de beneficiar a ambos países es un tanto complicado de decir, ya que en el documento se establecen situaciones que pueden jugar un tanto en contra para estas dos entendidas, ya que Estados Unidos tiene que recibir la cantidad de agua que México le pueda proporcionar en cada ciclo, mientras nosotros, tenemos que esperar a juntar la cantidad de 432 millones de metros cúbicos anuales, pues de lo contrario acumularíamos una deuda acumulativa por cada periodo en el que no cumplamos con la meta.
Lo cierto, es que parece que México está en una constante desventaja desde el momento en que se firmó este, ya que nosotros nunca hemos contado con la infraestructura para poder cumplir debidamente con este acuerdo, ya que si bien sí les entregamos agua, nosotros no podemos ser constantes con la cantidad que les estamos dando, pues tenemos que dar lo que nos llega del Rio Bravo, cantidad que llega a ser insuficiente.
Cristóbal Jaime Jáquez, director de la CONAGUA en 2001, afirma que México ha tenido como la construcción de obras e infraestructura, presas y canales que le permiten priorizar el uso de las aguas internacionales municipales y agrícolas, generar energía eléctrica y solucionar problemas particulares a través del CILA .
Aunque también hay que señala que los estados del norte de México presentan una severa sobre explotación de los del agua debido a los problemas de escasez que hemos tenido desde hace tiempo.
Esta situación genera que México se encuentre en una constante deuda de agua con Estados Unidos. Según nos da a entender la información que nos da la Comisión Nacional del Agua (CONAGA).
A pesar de las ligeras conveniencias que se logran obtener a través de este tratado, la situación en la que se encuentran los dos países sigue siendo desfavorable debido a las sequías que se han presentado en las zonas, y también por el mal uso constante de nuestro propio recurso.
El Tratado de Aguas puede tomarse como una solución momentánea para los problemas de sequía en ambos países, pero no es la definitiva, ya que si realmente se quiere cambiar esta situación se tienen que implementar nuevas medidas que puedan mejorar la situación de estos estados.
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