miércoles, 20 de mayo de 2015

Existen muchos más acuerdos que conflictos por el agua: Verónica Ibarra, catedrática de la UNAM

Por: Miguel Silerio

Para la doctora María Verónica Ibarra García, profesora de geografía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y estudiosa de la geografía política, los conflictos por el agua y las problemáticas de género, es necesario abordar al agua no solo como un elemento físico, sino como un elemento incorporado socialmente. 

En su presentación durante el congresoAgua y sequía, en el Colegio de Chihuahua, la catedrática capitalina expuso su punto de vista sobre las tendencias actuales de la geografía política y la necesaria asimilación de las tensiones por el agua dentro del contexto de las ciencias sociales y la creación de estudios en torno al ciclo hidrosocial del agua, concepto acuñado por Ibarra García como contrapeso a la visión meramente física y química de los recursos hídricos. 

Desde su particular punto de vista, la doctora Ibarra expone que actualmente la academia y el Estado, en conjunto con los medios de comunicación, han creado una visión catastrofistaacerca de la disponibilidad y el acceso al agua en México y en el mundo: Existen muchas más acuerdos que conflictos por el agua, sentencia Ibarra.

Sobre sus estudios en torno a la geografía política y el uso del agua, la doctora se ha especializado en el tema de los mantos subterráneos y la utilización de estos por parte de particulares y empresas, además de las regulaciones que el Estado ha ejercido en torno a ello. 

Acerca de los mantos subterráneos, Ibarra señaló que poco más del 70% del agua de uso corriente e industrial proviene del subsuelo y que los estudios sobre la propiedad, disponibilidad y acceso a ellos son insuficientes: Es el agua que más utilizamos (la subterránea), y de la que menos estudios existen por parte de la academiaeso puede ocasionar que leamos mal lo que sucede con el agua en términos sociales y políticos.

La visión catastrofistaque Ibarra García señala, en la que incluye a las notas recurrentes en los medios que alertan sobre la escasez del agua y los posibles conflictos políticos en torno a su disponibilidad, complementa a su teoría sobre la disponibilidad del agua en el subsuelo, recurso que, por ser únicamente visible a través de los pozos de los cuales se extrae, escapa del escrutinio público y crea confusión, pues, según lo enunciado en su conferencia, el establecimiento de empresas, minas y las pretensiones de utilizar el método de fractura hidráulica en el norte del país son señales de la existencia y disponibilidad de agua subterránea: las empresas no son tan ingenuas como para establecerse en lugares donde no está el agua que necesitanno estamos viendo al agua subterránea. 

Según Ibarra, otra evidencia de que la escasez de agua no es un problema latente como se ha señalado durante los últimos años, es la negativa de la cámara de diputados para legislar al respecto de la utilización del agua subterránea (negativa que alcanzó a la propuesta de ley expedida por un grupo de académicos, entre ellos Ibarra y el politólogo Samuel Schmidt), que refrenda su teoría de que los recursos hídricos están siendo utilizados para el beneficio de empresas y particulares, lo que ha creado una visión agravada de la problemática. 


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